16. LAS GEMAS
En este tema haremos un breve resumen de las
propiedades físicas y curativas de las gemas, para más información pueden
buscar en internet o en la bibliografía que se menciona al final.
Definición: La ciencia que estudia los minerales es
la mineralogía, mientras que la petrología es la ciencia que estudia las rocas.
Los minerales se diferencian de las rocas por su estructura física y por su
composición química, que es homogénea, es decir, siempre tienen las mismas
características físicas y químicas. Si observamos una roca o un grano de arena
con una lente de aumento, apreciaremos que, casi siempre, están compuestos por
un conjunto de granitos distintos entre sí. Cada granito, por lo general, está
compuesto por la misma materia y, por lo tanto, es un mineral. Observando la
arena, por ejemplo, podremos ver que frecuentemente está compuesta por granitos
de cuarzo y por granitos de mica.
LAS FORMAS MAS UTILES PARA LA CRISTALOTERAPIA
Los cristales que se necesitan no deben tener
inclusiones de otros minerales, deben ser puros y no deben ser de tamaño muy
grande. Las formas de uso más común en cristaloterapia son:
BARRITAS: pequeñas barras, sobre todo de turmalina
y de kyanita.
BITERMINADAS
MASAJEADORES: son puntas de cuarzo talladas artificialmente,
cuyo extremo inferior ha sido redondeado para permitir el contacto con el
cuerpo humano.
MOLIDAS O BARRILADAS: fragmentos irregulares o
deformes de cristales que son sometidos a un tratamiento con abrasivos y calor
para redondear su aspereza y abrillantarlos. Son, con diferencia, los más
baratos.
PEQUEÑAS DRUSAS
PEQUEÑAS GEODAS
PEQUEÑAS MASAS: fragmentos masivos de cristales más
grandes que no presentan planos o facetas regulares.
PEQUEÑOS AGREGADOS: agregados de cristales de la
misma clase.
PUNTAS
ESFERAS: su uso más corriente se asocia dese
antiguo con la adivinación.
PIRAMIDES: sobre todo, las que tienen exactamente
las mismas proporciones que la pirámide de Keops, poseen una energía particular
y hay quien las utiliza tanto en la terapia como para preparar el elixir de
cristal.
OBELISCOS: su uso es comparable al de las puntas,
parece ser que con resultados inferiores.
GEODAS, DRUSAS Y AGLOMERADOS: de dimensiones
medianas y grandes se usan para la limpieza y potenciación energética de los
ambientes, y por otro, para el cuidado y la recarga de los cristales más
pequeños.
LOS COLORES
Estos constituyen una de las claves para
comprender y utilizar los cristales, ya que, como veremos, estos son de colores
y, por lo tanto, se relacionan con los chakras y el aura del mismo color. Desde
antiguo, el hombre ha sido perfectamente consciente de que su parte más
profunda percibe luces y colores, y la cromoterapia enseña que las células, y
por lo tanto los órganos, y por extensión todo el cuerpo (parte mental,
emocional, psíquica, espiritual y energética incluidas) reaccionan a los
colores.
Estos son una representación de la energía y
actúan con nosotros constantemente. El verde es relajante, el rojo es excitante,
el azul es calmante, el amarillo es estimulante, y esto tanto en la opinión
popular como en la realidad médico científica.
A continuación se muestran los valores de
longitudes de onda de los distintos colores (aprox):
COLOR |
LONG. ONDA(milimicras) |
violeta |
390-440 |
azul |
430-500 |
verde |
500-560 |
amarillo |
560-630 |
naranja |
590-630 |
rojo |
630-780 |
Para mayor información sobre la energía,
chakras, aura, etcétera, ver el Módulo V.
LA LIMPIEZA Y LA RECARGA ENERGETICA
Ahora ya poseemos un cristal y debemos
ocuparnos de él. Desde el principio, y con independencia de la forma en que
haya ido a parar a nuestras manos, debemos pensar en su limpieza energética.
No es conveniente tocarlo demasiado antes de
limpiarlo, puesto que no hay forma de saber quien lo ha manipulado antes, ni
conocer los traumas que haya podido padecer, puesto que él emite en cualquier
caso su energía.
Pondremos el cristal en un recipiente, que
no sea de plástico, con sal gruesa (o marina) y lo dejaremos reposar entre 1 y
12 hrs, (según el tipo de cristal y las necesidades), tras lo cual pondremos el
cuenco directamente bajo el agua corriente durante, por lo menos, otra hora y,
en cualquier caso, hasta que toda la sal se haya disuelto, con la precaución de
pedir al deva o elemental del Agua que transforme las energías negativas en
neutras. No hay que olvidar dar gracias al deva del agua: sabrá apreciarlo.
En el caso de cristales que contengan cobre
o derivados, no podemos utilizar sal, puesto que podrían oxidarse; por el
contrario, utilizaremos arcilla (siguiendo el método aplicado con la sal) o los
dejaremos al menos 12 hrs bajo un chorrito de agua corriente: bastará con la de
la llave, ya que no siempre tendremos un arroyo natural, como sería preferible.
También en este caso debemos pedir la ayuda
del deva del agua para transformar las energías negativas en neutras y darle
las gracias.
Otro método de limpieza consiste en enterrar
los cristales bajo la nieve y dejarlos así durante 1 o 2 días. Los cristales
oscuros y en general, todos aquellos que no sean transparentes, necesitan un
tiempo mayor de permanencia en el agua, en la sal o bajo la nieve. Deben
tratarse del mismo modo los anillos, cadenas, pasadores y brazaletes que
contengan piedras engastadas.
Llega ahora el momento importante de la
acogida o de los mimos. Si, de los mimos, puesto que tras un
tratamiento energético de limpieza como el que les hemos aplicado, también
ellos necesitan ciertas deferencias y un poco de dulzura: en una palabra,
sentirse como en casa.
Tomaremos un cristal en la mano junto con un
poco de jabón líquido o de baño espumoso y mientras, lo acariciamos dándole la
bienvenida y transmitiéndole todo nuestro afecto y toda la alegría que
sentimos al haber encontrado un nuevo amigo.
Ahora poseemos un cristal energéticamente
limpio, pero también energéticamente virginal, o casi; la siguiente operación
será la de infundirle energía, la de recargarlo. Conferir energía a un cristal
es fácil y hay numerosos modos e instrumentos para realizarlo: describiremos
solo algunos.
CARGA
Y RECARGA DE ENERGIA
Con
el REIKI: quien ha tenido la activación del reiki de primer o segundo nivel,
puede utilizarlo para dar energía a todo tipo de cristales. Con el primer
nivel, por lo menos se necesitan 15 o 30 minutos en varias sesiones,
mientras que con el segundo nivel bastarán entre 5 y 15 mins.
Con
la ENERGIA SOLAR: se coge el cristal y se expone a la luz solar durante un
tiempo variable, entre una hora y un día entero, en función de su tamaño y de
la energía que necesite. Un único consejo: ciertos cristales (especialmente los
transparentes de colores) pueden perder o mudar su color, en cuyo caso habrá
que evitar su exposición a la luz solar.
Con
la ENERGIA DE LA LUNA: hay que exponer el cristal a la luz lunar durante toda
una noche y, a ser posible, en un lugar abierto.
Con
la ENERGIA DE LA NIEVE Y DE LA LUNA O DEL SOL: hay que exponer el cristal a la
luz lunar o solar, colocándolo sobre una superficie nevada; los cristales en
nieve potencian la absorción de energía.
Con
la ENERGIA DE LA TIERRA Y DE LA NATURALEZA: se debe enterrar el cristal, a ser
posible cerca de las raices de una planta, y dejarlo así al menos durante 2 o 3
días. Si vivimos en la ciudad, también podemos utilizar una maceta de interior.
En este caso, el tiempo deberá ser necesariamente más largo.
Con
la ENERGIA DE LA PIRAMIDE: debe ponerse el cristal bajo una pirámide, de las
proporciones de la pirámide de Keops, y dejarlo así durante 24 horas, por lo
menos.
Cada
una de estas energías, además de cargar el cristal, le confiere sus propias
cualidades: el Sol le infunde una energía Yang, la Luna una energía Yin, el
Reiki la Energía Universal, etcétera. Dejaremos ahora el cristal en un lugar
donde pueda ser visto (sobre un mueble o una repisa) y donde pueda entrar en
contacto con la energía del lugar en el que vivimos. Si tenemos ya otros
cristales, lo pondremos junto a ellos, lo que nos agradecerá enormemente: en
cualquier caso, no lo pondremos en un cajón oscuro, pues sufriría mucho y,
sobre todo, porque no nos ha buscado y encontrado para que lo dejemos a
oscuras.
LA PROGRAMACION
Todo
lo que hemos hecho hasta ahora ha permitido que el cristal se acerque a
nosotros, lo que no quiere decir que sea expresa y exclusivamente nuestro.
Destacamos la palabra nuestro porque no se le quiere dar el significado de
posesión que se suele atribuir. En este caso, tiene antes un significado de
personalización, de mayor empatía con nuestra energía y de estrecha proximidad,
que de posesión. El sentimiento de posesión es algo que tiene que ve con la
peor parte del tercer chakra, y a los cristales no les gusta sentirse poseídos;
por el contrario, prefieren sentirse en comunión con nosotros, sentirse
queridos, sentirse hermanos. Tanto es así, que a menudo, cuando se establece
una relación de pura posesión con un cristal, sucede que uno acabará
perdiéndolo o desaparecerá de repente.
Antes
de llegar a la parte práctica, a la explicación de cómo se hace la
programación, dedicaremos dos palabras al significado, o mejor, a a los
significados que puede tener este término.
Programar
no significa imponer nuestra voluntad al cristal, ya que esto implicaría una
coerción, sino que tiene el sentido de una invitación a entrar en total
simbiosis con nuestra energía personal y a interactuar solo con ella.
Vayamos
ahora al aspecto práctico. Programar no es dificil, y hay muchas maneras
válidas, aunque todas ellas pasan por la comunicación extrasensorial.
Describiremos ahora una de ellas, que utilizamos normalmente, pero que cada
cual podrá adoptar a su manera, de acuerdo con su propia forma de sentir.
Lo
primero que haremos es ponernos cómodos, en un ambiente silencioso, y
asegurarnos de que no queremos ser molestados. Deberemos de relajarnos y entrar
en un estado de meditación y silencio. Tendremos en la mano el cristal que
vamos a programar y, cuando hayamos accedido al espacio de la meditación, nos
llevaremos el cristal al tercer ojo (sexto chakra), sosteniéndolo con la mano
izquierda (los zurdos con la mano derecha).
En
este punto entraremos dulcemente en contacto con el cristal, dejándonos llevar
por su energía. Cuando estemos listos le pediremos al deva o elemental del
cristal que escuche, que sienta y reconozca nuestra energía. Esto puede hacerse
enviando mentalmente, en tres ocasiones, un mensaje en este sentido al deva del
cristal. Debemos hacerlo de manera que los pensamientos formulados sean muy
claros y precisos. Una vez hecho esto, podemos pasar a la fase de programación
propiamente dicha.
Empezaremos
enviando al cristal pensamientos de amor, de bienvenida y de aceptación, y
seguiremos pidiéndole al deva del cristal que acceda, a partir de ahora, a
interactuar únicamente con nuestra energía. Repetiremos esta idea tres veces,
con fuerza y determinación, y sobre todo con mucho amor.
No
hay que olvidar darle las gracias, antes de separar el cristal de nuestra
frente. En este momento la programación se ha completado, y a partir de ahí ya
podemos empezar a interactuar con el cristal, que por fin es nuestro.
Cada
vez que sintamos la necesidad de pedirle algo a nuestro cristal, podemos repetir
el mismo procedimiento o, como ya se ha dicho, un método más acorde con nuestra
forma de ser. Por ejemplo, podemos pedirle al deva del cristal que sea él quien
halle la mejor manera de comunicarse con nosotros. Esto es muy importante ya
que nos pone en disposición de poder satisfacer numerosas peticiones.
Por ejemplo, si
dudamos ante una decisión, o no tenemos las ideas claras sobre algo que nos
está ocurriendo, y necesitamos un poco de ayuda, podemos pedirle a nuestro
cristal que nos eche la mano, que nos ayude a aclararnos las ideas.
Debido a que este tema se podría tratar
abundantemente, pero no podemos ampliarnos demasiado, ponemos a continuación la
RELACION DE LOS CRISTALES CON LOS CHAKRAS, para que cada quien pueda actuar
según sus necesidades.
Todo
este tema ha sido trascrito del excelente libro:
Cristaloterapia. Cómo curarse con los
cristales.
Tabish Griziotti Basevi
Editorial de Vecchi
1996 Barcelona, España.
Para
ampliar la información consúltenlo ya que es buenísimo, viene muy completo y
trata temas complementarios como el aura, la meditación, etcétera.